GENERACÓN DEL 98
Tenemos como referentes a Larra y a los ilustrados porque ya han sufrido y analizado nuestro problemas. Buscamos la esencia de España y los valores de la patria, además también buscamos en el austero paisaje castellano el reflejo del alma y la esencia que buscan. Describimos minuciosamente la pobreza de sus pueblos, la sencillez de sus gentes y lo extremado de su clima. Esperamos captar, a través de este paisaje, el alma de España. Nos gusta reflejar en nuestros escritos la rebeldía y además protestamos ante el atraso de nuestro país, hace que propongamos soluciones para la reconstrucción de la agricultura, la educación, la cultura y la economía del país. También proponemos la integración de España en Europa. Exaltamos nuestros valores nacionales y patrióticos, a medida que adquieren un mayor conocimiento y aprecio de España. Y nuestro afán reformador hace que adoptemos un determinado estilo literario para exponer nuestras ideas: el lenguaje sencillo y expresivo que rompe con la retórica recargada de la época. El vocabulario apropiado, con el fin de reflejar de la forma más justa posible lo que se quiere expresar de ahí que abunden palabras cultas, extranjeras y populares y redominio de la oración simple, concisa y breve, evitando los párrafos largos y la subordinación.
En cambio, nosotros nos inspiran en los ritmos y temas andaluces. Así los títulos de las composiciones y los ritmos de los músicos noventayochistas han asociado lo andaluz a lo más característicamente español. Por lo tanto, la visión plástica y literaria de España se vincula a la austeridad castellana, en tanto que la representación musical está imbuida por la alegría y el exotismo de Andalucía.
El hecho de que escritores como nosotros, a lo largo de nuestras largas carreras, manifestaramos rasgos creativos asociados al modernismo, primero, y a la llamada noventayochismo después, motivó que algunos investigadores hayan puesto en duda la existencia de dos movimientos, en lugar de tratarse de sólo uno.
En nuestra poesía reflejamos un intenso sentimiento patriótico que se manifiesta en una oposición pública "España oficial" del régimen de la Restauración borbónica, especialmente los precursores del "Grupo de los tres": Azorín, Pío Baroja y Ramiro de Maeztu. La manifestación de un continuado pesimismo histórico que encuentra su mayor justificación en 1898, con la humillante derrota de España frente a los Estados Unidos. Los grandes avances económicos, científicos y culturales de la España del comienzo del siglo XX no cambiaron nuestra actitud crítica ni nuestro afán regeneracionista. El "ser de España", nuestra identidad, es el tema de inspiración predominante entre los noventayochistas. La esencia de España la solemos asociar a los paisajes, tradiciones y tipos castellanos, que conocen a través de excursiones. En el caso de la música, la inspiración es andaluza. El mantenimiento de un prolongado enfrentamiento con las instituciones académicas oficiales, mostrándonos opuestos a los cánones establecidos por los creadores "oficialistas". Azorín, Pío Baroja, Miguel de Unamuno y Ramón del Valle-Inclán fueron renovadores de sus géneros literarios; del mismo modo Darío de Regoyos e Ignacio Zuloaga se opusieron al "arte oficial". Nuestras relaciones de amistad durante nuestras vidas, superando las diferencias, que fueron desarrollando, con la edad. Todos nosotros éramos españoles en tanto que muchos de los modernistas más exitosos fueron latinoamericanos que residieron una etapa de su vida en Madrid; Rubén Darío, Amado Nervo y Alfonso Reyes, entre otros.